Todos los 1 de diciembre se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Sida. Se trata de una jornada, principalmente, de concientización. En diálogo con Buen Santa Fe, la médica Laura Trosch, y la trabajadora social Lucrecia Williner abordaron diferentes aspectos de la enfermedad. La necesidad de conocerla, tratarla y, principalmente, no omitirla.
“Sin dudas es un día a tomar conciencia de una enfermedad que hoy debería estar controlada y no en los niveles que estamos encontrando en este nivel del año”, comenzó diciendo Laura.
Y añadió: “No hay grandes misterios en relación a esta enfermedad. Se conoce muy bien. Los tratamientos son muy simples, son 100% efectivos, y a pesar de eso tiene un gran componente social. Muchas veces, hace que las personas no adhieran a los tratamientos y siga la cadena de transmisión y nos cueste mucho controlar la cantidad de casos que hay año tras año”.
Lucrecia, por su parte, señaló que “todos los años hay determinados miedos a charlar. Queremos hacer hincapié de fomentar el deseo de que cada persona puede acceder a un testeo. Que haya lugares donde la población puede acceder a información. Sigue habiendo situaciones de discriminación, eso sigue siendo un desafío que tenemos para poder trabajando sobre el estigma sobre el VIH”.
Laura, por su parte, hizo hincapié en la necesidad de la información. “Hay mucha información disponible en las redes. En la web. Muy seria. Esto es para un segmento de la población que quiere informarse: falta información activa para personas que llegue a su ámbito laboral, a su barrio”.
Además, la médica detalló cómo fue el tratamiento en plena etapa de pandemia. “Este año tuvimos dificultades en la cantidad de reactivos y, sumado a la dificultad con el COVID, tuvimos que espaciar la atención a clientes. Siempre nos reorganizamos. La prioridad, en medio de la pandemia, fue garantizar los tratamientos. Tuvimos dificultades desde no haber transporte para que las personas lleguen a buscar su tratamiento”.
También, puntualizó en las cifras del Hospital Iturraspe, donde se despeña. “Con respecto a nuestros números, este año hubo 62 diagnósticos. Sabemos que no es el número real. De estos 62 pacientes nuevos, casi la mitad eran pacientes tardíos. Que llegan con la enfermedad muy avanzada. Eso es a lo que debemos apuntar. Que las detecciones se hagan tempranamente, que no pase mucho tiempo de infección. Una persona que tiene ocho años de infección seguramente ha tenido sexo sin protección”.
Lucrecia, por su parte, dejó un mensaje para la sociedad. “En primer lugar, tenemos que elegir saber. Acercarse al equipo de salud de referencia. La información es central. Es la barrera contra la discriminación. En caso de querer, y elegir, hacerse el test. Acá en Cemafe se hicieron alrededor de 1300 testeos de HIV. Es una estrategia que planificamos desde el equipo para justamente poder llegar a detectar a la población que aún no se pudo detectar. Tuvimos alta afectación por suerte. La población accede a controlarse, pero necesitamos espacios donde los equipos de salud ofrezcan la posibilidad de hacerse un testeo”.
Finalmente, Laura explicó cómo deben someterse a un testeo aquellos interesados. “En realidad, lo deberían hablar con su médico de cabecera. Se está planificando ahora algunos lugares de testeos continuos, donde se va a hacer el testeo continuo. Con una gotita de sangre se hace una técnica parecida a lo que es un test de embarazo, se espera y se entrega el resultado”.
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