Desde hechos delictivos menores, aunque para ellos representa mucho, como el robo de bicicletas o motos, hasta la violencia mediada con armas de fuego: los deliverys vienen padeciendo numerosas situaciones mientras llevan adelante la actividad con la que se ganan el sustento diario. Charo, que forma parte del sector, contó que realizaron múltiples pedidos de seguridad, sin embargo, no hallaron respuestas.
"Estamos cansados, no podemos ni siquiera salir a trabajar. Las modalidades van evolucionando: desde pedidos falsos hasta los arrebatos en la calle. Inclusive te siguen cuatro o cinco cuadras y cuando ves que estás solo, vienen y te roban. Cada vez que ocurre un arrebato, está el tema de que nos lastiman. Se llevan nuestras cosas y encima nos lastiman. Es el mayor miedo que tenemos", comenzó diciendo Charo en diálogo con Buen Santa Fe.
Con respecto a los reclamos, puntualizó que "hace dos años que venimos con movilizaciones y marchas en distintos puntos: Ministerio de Seguridad. Ingresamos un petitorio para tener reuniones en el Ministerio de Seguridad. No tenemos respuesta alguna. El último petitorio fue el 6 de septiembre y hasta la fecha no tenemos ningún tipo de noticias, nadie se ha acercado a hablar".
Además, señaló que los pedidos fueron únicamente a las autoridades de seguridad. "Nosotros estamos más enfocados en lo que se puede hacer ahora. Estamos pidiendo mayor patrullaje, muchas propuestas tenemos nosotros para poder solucionar el tema de estos arrebatos y robos, pero ni siquiera somos escuchados. La parte delivery no se tiene en cuenta para nada".
"Estos hechos ocurren en todo Santa Fe, no hay una zona específica. El último hecho de un compañero fue a una cuadra de Bulevar, en un lugar habitado, con mucha gente. Un domingo", graficó Charo.
También, recalcó que cada día más personas integran el sector. "En realidad, en tiempos de pandemia fuimos una prioridad para Santa Fe para que los locales puedan seguir funcionando. Pero la verdad es que tampoco hay mucho trabajo para elegir. Simplemente queremos salir a trabajar y llevar el sustento a nuestras familias. Hace rato que estamos esperando algún tipo de respuesta. Simplemente que nos escuchen, ni siquiera se han tomado el tiempo".
Charo es delivery desde hace dos años y contó cómo la situación fue intensificándose con el correr del tiempo. "A medida que va pasando el tiempo, se va agravando. Antes no se veía un robo con arma de fuego o con tanta violencia. Hoy es impresionante la violencia que se emplea: nosotros queremos llegar vivos a nuestras casas. La violencia es tremenda".
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