Robos y enfrentamientos son moneda corriente en barrio San Lorenzo. En la iglesia San José Obrero se robaron hasta un medidor de luz.
Los tiroteos entre bandas han logrado que la gente no vaya a misa y viva con miedo. El sacerdote explicó que los tiros suceden a cualquier hora en las inmediaciones de la parroquia.
La desprotección que viven los vecinos ha hecho mermar la asistencia de feligreses a las misas de fin de semana.
El Padre Garello sospecha que la intención de robar un medidor tiene como finalidad volver a robar en la iglesia, que asiste con mercadería a las familias de los niños que asisten a diario a la copa de leche.
Referentes vecinales del barrio confirmaron las palabras del cura y expresaron que la zona se ha convertido en tierra de nadie, sobre todo después de que trasladaron el destacamento de la Policía Comunitaria
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