Portada  |  29 mayo 2020

Tucumán: la pericia indica que la bala que mató a Luis Espinoza salió del arma de un policía

El proyectil salió de un arma reglamentaria Jericho 9 milímetros que pertenece al oficial José Morales y que fue secuestrada en el marco de la causa.

Nacionales

La bala que mató a Luis Espinoza, el trabajador rural que desapareció durante un operativo policial realizado en la localidad tucumana de Simoca y fue hallado asesinado en Catamarca una semana después, fue disparada con el arma reglamentaria de uno de los policías detenidos por el hecho, informaron hoy fuentes de la investigación.

De acuerdo a los resultados de los peritajes realizados en el Laboratorio de Criminalística del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF), la bala que impactó en uno de los omóplatos de la víctima salió de un arma reglamentaria Jericho 9 milímetros que pertenece al oficial José Morales y que fue secuestrada en el marco de la causa.

Morales se encuentra detenido junto a otros siete policías de la seccional de Monteagudo y dos civiles, un vigilador comunal y el hermano de uno de los efectivos.

Para realizar las pruebas, los especialistas utilizaron un microscopio del comparador balístico, que permitió analizar el plomo y las vainas servidas que fueron levantadas de la escena donde fue visto por última vez Espinoza (31) antes de ser encontrado asesinado.

Es que, de acuerdo a lo que obra en el expediente y a lo que declaró el hermano de la víctima, el 15 de este mes el trabajador rural fue golpeado por la policía y luego llevado a arrastras hasta un monte, tras un operativo realizado durante un festival de caballos cuadreros en el paraje de Melcho, de la ciudad de Simoca.

Desde ese momento nada más se supo de él durante una semana, hasta que el viernes pasado su cuerpo baleado en la espalda fue hallado en la provincia de Catamarca, a 200 metros del límite con Tucumán.

Además de Morales, por el crimen se encuentran detenidos el subcomisario Rubén Montenegro, el oficial José Morales, los sargentos René Ardiles y Víctor Salinas; los cabos Claudio Zelaya, José Paz y Miriam González; el agente Esteban Rojas González, el vigilador comunal Sergio Santillán y otro civil, que es hermano de uno de los efectivos.

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