Entre las más de cien localidades que retornaron a la presencialidad de las clases este lunes, se encuentra la Bernardino Rivadavia de Gobernador Candioti. Para conocer cómo se produjo esta vuelta y las sensaciones que despertó tanto en el personal docente como en alumnos, Buen Santa Fe dialogó con Viviana Monsalvo, Directora del establecimiento.
“Muy bien bienvenidos. Nosotros destacamos las voces de los niños, que es lo que más interesa en esto. La alegría que manifestaron, sus frases ‘no pude dormir anoche porque quería venir a la escuela’”, comenzó diciendo Monsalvo.
Sobre lo que ocurre con la presencialidad en la comuna, señaló que “Candioti es una localidad pequeña. La escuela tiene una matrícula de 220 alumnos y el trabajo fue no perder el vínculo pedagógico con ellos. De una u otra forma siempre estuvimos vinculados. Hay familias que por falta de conectividad o insumos tecnológicos se dificultaba, pero la escuela estaba presente en formato papel”.
“El aula pone en valor toda la labor, lo cotidiano. Es lo vincular. Verse todos los días es lo que construye”, añadió Viviana.
Acerca de la metodología de funcionamiento del establecimiento, contó que están “organizados en burbujas: 1 y 2, con alternancia semanal. Una semana viene la 1 y luego la otra burbuja. Cumpliendo con los protocolos de prevención y poniendo la alegría y la magia que sucede en la escuela. La escuela tiene magia”.
Además, contó que esperaban que la presencialidad vuelva a restringirse. “Los chicos asistieron hasta el 18 de mayo de igual forma. Los docentes ya estábamos todos con los teléfonos de las familias, más previendo que esto pudiera suceder. Ya teníamos contactos y grupos armados. La logística de la librería”.
Por otro lado, remarcó las dificultades para mantener el vínculo pedagógico con parte de la población. “La escuela tiene la población escolar de asentamiento de pueblos originarios Mocoví, que asisten. Su familia elige la escuela 46 para llevar a sus hijos. Con la entrega de módulos alimentarios, implementamos el sistema de un buzón, hay posta sanitaria. Vamos desde la escuela, retiramos sanitizando y así vamos tratando de acercarnos y garantizar la trayectoria de estos niños”.
También, destacó que el esfuerzo entre padres y docentes “Es compartido”. Y profundizó: “el maestro propone lo prioritario, lo necesario y la familia pone todo el resto. Es así. Ponen en el buzón lo de la semana y después vamos para poder ir corrigiendo por el teléfono cuando hay señal e insumos”.
“Esto es personal: es inmenso el trabajo que se hace desde la escuela. Tal vez no se ve, no hay fotos para mostrar, pero es todo el tiempo porque hay muchísimas realidades, hay una historia para cada mirada. Tenemos que estar acompañando. Se nos dificulta mucho en algunos casos, pero no bajamos los brazos. Tenemos una agenda de teléfonos muy grande: es la forma que pudimos encontrar en nuestro contexto y realidad”, añadió Viviana.
Finalmente, enfatizó en el trabajo de docentes. “Con tal de que el niño reciba la propuesta y la seño pueda conectarse… hay anécdotas insólitas. Hay muchas familias en las que hay un solo celular: la familia trabaja y el celular está dispuesto después de las 20. No hay fotos para que la sociedad vea, no están esas escenas, pero estamos tranquilos y trabajando lo más que se pueda, con mucho compromiso. Por eso fue tan bienvenida la presencialidad. Asegurar la trayectoria y acreditar los saberes es nuestro objetivo”.
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